Aunque Dalbello comenzó a fabricar botas de esquí en 1974, sus fundadores, Alessandro y Giovanna Dal Bello, perfeccionaron su oficio de «artesanos» de la construcción de botas de esquí en la fábrica de botas de esquí Henke, en Suiza, a principios de los años 60. Al regresar a Italia con su nueva y joven familia, comenzaron a coser capelladas de botas de esquí para Henke bajo contrato. «Aunque estábamos contentos de estar de vuelta en Italia, como fabricantes de componentes por contrato estábamos limitados en nuestra capacidad de mostrar nuestro verdadero talento como artesanos en la fabricación de botas de esquí.

Sabíamos que nuestras ideas y nuestra creatividad no se utilizaban de forma eficiente, y estábamos seguros de que podíamos hacer un mejor negocio produciendo botas de esquí por nuestra cuenta», dijo Alessandro Dal Bello, director general. «Así que eso es exactamente lo que hicieron. Las primeras botas de esquí Dalbello se vendieron en Austria en 1974”.

Los años 70’s fueron una época increíble para la industria del esquí.
 

Las nuevas ideas y los avances tecnológicos eran la norma en un mercado al que continuamente salían nuevos e innovadores diseños de esquís, botas, fijaciones, ropa y artículos para après ski.

Dalbello y sus ingenieros contribuyeron de forma decisiva a esta revolución tecnológica en una época que alentaba a asumir riesgos y a superar los límites del desarrollo. El momento decisivo del negocio de las botas de esquí en los años 70 fue el paso definitivo del cuero al plástico.

Durante los años 80, los altos estándares de calidad y el excepcional ajuste de las botas de esquí Dalbello propiciaron su presencia en selectos mercados internacionales.

Los primeros pasos en las carreras

Dal Bello contrató a tres esquiadores de renombre internacional para promocionar su marca. Fueron Steve Mckinney (centro), cuyas victorias incluyeron dos récords mundiales de velocidad en 1977 (195 km/h) y en 1982 (201 km/h), Simon y Busham, que completaron el podio en 1982 en Cervinia.

Sin embargo, no sería hasta principios de los años 90 que la empresa empezó a conseguir un fuerte éxito comercial en los mercados internacionales de exportación más importantes: América del Norte, Alemania y Austria. A partir de ahí, Dalbello desarrolló una red homogénea de distribuidores en todos los demás países del mundo; desde Japón hasta Australia y en el resto de Europa.

«Nuestro equipo de diseñadores y responsables de ventas trabajó duro para desarrollar un producto diferente a todos los demás en cuanto a tecnología, calidad de los materiales, comodidad, ligereza y facilidad de ajuste». En 1997 llegó la serie Carvex, la cual en ese año fue la primera y única bota de esquí del mercado diseñada específicamente para el carving. Gracias a una amplia investigación en colaboración con los modeladores y probadores de Dalbello, la empresa pudo desarrollar una bota de esquí que satisfacía los principales requisitos del carving: una flexión suave y progresiva con un mayor apoyo lateral.

El nuevo milenio dio lugar a una nueva actitud hacia el esquí que se completaba con un estilo de vida de «freeski».

Se rompieron todas las viejas reglas y nació el Rider Development Project (proyecto de desarrollo de riders) de Dalbello. RDP es un proyecto del legendario esquiador de freeski Glen Plake. La iniciativa RDP reúne a esquiadores profesionales con los ingenieros de I+D de Dalbello con el único objetivo de crear las botas de esquí con mejor rendimiento del mundo.Creadas para inspirar la innovación en las botas de esquí desafiando todos los supuestos convencionales que rigen el aspecto y el funcionamiento de las botas de esquí, los modelos RDP se cuentan entre las botas de esquí más radicalmente únicas y técnicamente innovadoras del mundo. En las últimas temporadas, el equipo del proyecto ha crecido hasta incluir al legendario freestyler y campeón de los x-games Tanner Hall, a los medallistas olímpicos Nick Goepper y Kevin Rolland, además de a Russ Henshaw, Mcrae Williams, Sean Pettit y a muchos más.

Alessandro Dal Bello nunca ha vuelto la vista atrás. Él ha conseguido hacer crecer la empresa invirtiendo continuamente en nuevas tecnologías y en personal cualificado que se ha enfrentado al reto de desarrollar diseños de botas de esquí mejores y más creativos. «El año 2014 supuso un logro muy especial en la historia de Dalbello», dice Alessandro Dal Bello, «ese año fabricamos nuestro par de botas de esquí número 13 000 000». Y puesto que la satisfacción del consumidor es un factor clave por el que medimos nuestro éxito, nuestro reto es lanzar los mejores productos al mercado. Esto se refleja en el amplio abanico de premios que Dalbello obtiene cada año”.